Situación

El pueblo de La Vilella Baixa está situado justo en la confluencia del río Montsant y el riachuelo de Scala Dei, encima de unos riscos que otorgan un aspecto extraordinariamente elevado a algunas de sus casas. El término también está dispuesto en una confluencia entre las crestas de La Figuera y los extremos más meridionales del Montsant, y en sus vertientes se extienden los terrenos de cultivo.

Altitud: 218 m. Superficie: 5,60 kilómetros cuadrados . Población: 193 hab.

Historia

El antiguo nombre del pueblo era «Vilella de Baix» («Vilella de Abajo»), así está documentado en un libro de matrimonios del pueblo de La Torre de l’Espanyol del año 1712. Cuando se castellanizaron los nombres de los municipios, durante la época de Felipe V, se lo conoció como Vilella Baja y, posteriormente, al volver a traducirlo al catalán, quedó como el ya conocido de La Vilella Baixa.

Aunque el origen de la villa que domina el valle del río Montsant data de la época de la dominación árabe, es muy probable que a causa de su situación privilegiada el lugar fuese habitado desde mucho antes. Probablemente son construcciones moriscas su primer recinto amurallado y el castillo, los cuales después de la Reconquista y formando ya parte de la baronía de Cabassers, fueron contínuamente reformados.

Fiestas y costumbres

La población celebra las fiestas locales por Santa Quiteria, el 22 de mayo, y por San Jaime, el 25 de julio. La Fiesta Mayor se celebra durante la segunda Pascua. En cuanto a la gastronomía, hay que destacar las tradicionales «coques» con azúcar con saliandra y anís. En agosto se organiza la muestra y degustación de vinos locales «Fira i Tast a la Nova York del Priorat».

Lugares de interés

Todo el pueblo de La Vilella Baixa forma un conjunto arquitectónico notable. Las calles inclinadas, de poca anchura, y los singulares edificios, lo demuestran. El fuerte desnivel de la colina donde se encuentra situado el núcleo antiguo ha obligado a construir casas de siete u ocho pisos, con la entrada principal en la cuarta o la quinta planta.

Del pueblo hay que destacar el «carrer que no passa» («calle que no pasa»), sin duda la calle más entrañable del pueblo, situada en lo alto de una subida, con un antiguo portal de entrada; la iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, que pertenece al obispado de Tortosa y que data del siglo XVIII, así como el magnífico puente románico, de tres arcos, que atraviesa las aguas de los ríos.

Desde hace poco tiempo, el atractivo de esta villa puede admirarse tanto de día como de noche, sobre todo desde lo alto del «coll de l’ermita», ya que se han instalado luces de sodio, de color naranja, que de noche llenan de vida casas y calles.

Web del Ayuntamiento de La Vilella Baixa

Bodegas en la vila de La Vilella Baixa

Celler Lo
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Celler Sabaté
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Els Vil·lusionistes
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